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Ermita de la Virgen de Alguiraré:
Cercana al núcleo urbano se encuentra esta ermita cuya existencia se remonta al siglo XI, época en la que se conoce en los documentos como Santa María de Argilate.
Construida por Ramiro I en 1063, en 1087 el rey Sancho Ramírez la entregó al monasterio francés de La Sauve-Majeure, donación confirmada por Alfonso I y después por Jaime I. Del edificio románico sólo resta el ábside y una parte del presbiterio, luego recrecidos.
Empotradas en los muros hay dos cabezas algo toscas, quizá procedentes de algún canecillo y a los pies de la ermita, ya en el exterior, se localiza un capitel en el que puede adivinarse un rostro similar.